El día de hoy se celebra una fecha muy importante para mí: El día internacional del yoga; por esto les contaré un poco mi experiencia al respecto.
Durante muchos años pensé que el yoga era una cosa del otro mundo, definitivamente algo que no podía ser tan espectacular como me lo contaban. Era muy escéptica ante los beneficios que me solían comentar mis amistades al respecto. Todo eso cambió el día que decidí empezar a practicarlo: Me convertí en una yoguini. Empecé a cultivar mi paciencia, a conectar con las necesidades de mi cuerpo, a pensar en positivo y ver la evolución de mi estilo de vida día tras día. Comencé a darme cuenta de cuando me encorvaba en el trabajo, sentía cuando estaba en una posición incómoda: Todo gracias a estar conciente de cada parte de mi ser como nunca antes. Por esta razón puedo contarles de primera mano los beneficios de practicar yoga, y empezaré contándoles un poco del vocabulario básico y los implementos que necesitarás para practicarlo.
Lo primordial es tener un mat, que es una especie de alfombra de goma firme que te brinda una superficie antirresbalante y cómoda para realizar la rutina además de delimitar nuestro espacio personal si estás practicando en un estudio. La elección de nuestro atuendo es importante también debido a que se requiere movimientos con amplitud, así que en este caso lo recomendable es usar ropa deportiva ajustada al cuerpo en la que podamos realizar movimientos con libertad. En este caso el exceso de ropa es contraproducente porque se podría enredar y entorpecer el proceso. Lo último es un paño pequeño y una botella de agua para hidratarnos. Existen complementos como bandas de resistencia, medias especiales y tacos para apoyarse, pero esto se usa en niveles más avanzados. Quizá en algún lugar escucharan la palabra “Asana; estas son las posiciones que usaremos durante nuestras sesiones de yoga.
El principal beneficio que nos proporciona esta práctica es físico: Por medio de la repetición y práctica de los asanas podemos ver los cambios en nuestros cuerpos de forma paulatina, además por ser necesaria la conexión entre las inhalaciones y los movimientos, regulamos nuestro ritmo respiratorio. Después de un mes de practicar diariamente al menos por 30 minutos, es fácil notar los cambios: Podemos estirarnos más e incluso sentimos como lentamente se tonifican nuestros músculos, garantizando el desarrollo de la aptitud física.
Además requiere concentración en cada movimiento, por lo que estamos conectando con nuestro cuerpo y esto no sólo es bueno para nuestra mente, sino para nuestra alimentación: Estamos más atentos a las necesidades reales como la sed o el hambre y decidimos mejor que cosas consumir. Esta rutina nos permite permanecer relajados, porque estamos concentrados en nosotros mismos; además nos brinda paz interior. En conjunto con la meditación, una sesión de yoga es la forma más eficiente de mantenernos enfocados.
Ahora que sabes los beneficios ¿Qué esperas para empezar a practicar? Empieza con una rutina sencilla y comprobarás por ti mismo los beneficios del yoga. Esto es lo que hace nuestra Mayte para mantener su mente enfocada en las metas que se propone en su carrera artística. ¡Recuerda tirarle un like a La Guapa!
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